Vuelo internacional hacia Lagos. Transfer al hotel para descansar.

Visita a la capital económica del país, una metrópolis apabullante y fascinante. La visita a Museo nacional será una magnífica introducción a la gran riqueza cultural y étnica de Nigeria, especialmente a la yoruba: nos encontramos en Yorubaland, el grupo étnico mayoritario en la región donde nos encontramos, el sudoeste del país, y que representa el 20% de la población. Posteriormente, paseo por Isla de Lagos, para disfrutar tanto de sus edificios religiosos, y coloniales, representantes de la herencia inglesa, como del ajetreo de sus mercados. Comida y vamos al muelle para coger una lancha a motor hasta Tarkwa Bay, y descubrir un poblado en la playa. Esta zona parece mentira que se sitúe en una ciudad de más de 20 millones de habitantes, capital del país hasta 1991. Noche en el mismo hotel.

La reputación y la riqueza del reino de Benín provienen del arte del Bronce. Reunión con los trabajadores del bronce. A continuación, visitamos el centro cultural Ebohon del templo donde el comisario revelará los secretos de las plantas y los animales. Nos reuniremos con el líder de los yoruba para mantener un intercambio cultural.

Ife es una ciudad fundamental para los yoruba, ya que según la leyenda, esta etnia se originó en esta población. Pasearemos por la plaza principal (Enuwa square), visitaremos el palacio de Oba (que significa “rey” en yoruba), el monolito de Opa Oranmiyan y el museo de la ciudad, entre otros lugares de la cuna de la tradición y cultura yoruba.

La siguiente etapa del viaje es apasionante: estamos en el punto más al norte de nuestra ruta, justo donde el sur (mayormente Cristiano) y el norte (eminentemente musulmán) de Nigeria se encuentran. Su interés radica en el hecho histórico de que, aunque Iloro fue la capital del reino Yoruba, necesitó, para destruir en 1817 a sus rivales (el imperio Oyo), a los Fullani, que son una etnia mayoritaria en el norte y musulmana. Iloro por tanto representa perfectamente las luchas y las alianzas étnico-religiosas, simbolizando perfectamente lo que ha sido, y continúa siendo en la actualidad, Nigeria.

La siguiente parada también es un enclave fundamental para la cultura yoruba. Aquí se encuentra el bosque sagrado de Osún-Oshogbo, único lugar cultural de toda Nigeria declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es uno de los últimos residuos de bosque primario subsistentes en el sur de Nigeria y se considera la morada de Ochún, diosa de la fertilidad representada por el río que lo atraviesa. El sitio alberga esculturas y santuarios dedicados a esta y otras divinidades de los yorubas creadas por la artista austríaca Susanne Wenger, quien se instaló allí en 1960. El sitio atestigua la práctica –muy extendida en otros tiempos– de consagrar bosques a las divinidades en los alrededores de todos los asentamientos de población. En el bosque se realizan celebraciones y rituales, y no es raro tampoco ver gente realizando purificaciones en el río.

Nos desplazamos hacia el Este para llegar a una de las ciudades más interesantes de toda África occidental. Abeokuta, que parece alzarse en plena naturaleza, con mucha vegetación y montículos rocosos, es la ciudad con la mejor arquitectura afrobrasileña de todo Nigeria. La mayor parte de sus edificios son de este estilo, que trajeron los esclavos liberados y los descendientes de esclavos desde su Brasil natal a la tierra desde la que partieron sus antepasados. Una ciudad con un encanto excepcional y una gente acogedora, que contiene además la montaña sagrada de Oluro, un monte esencial para los yoruba a la que se asciende atravesando caminos flanqueados por templos vudús. También visitaremos el mercado, con su impresionante sector “juju”, dedicado a la venta de elementos para remedios y rituales vudús. A la tarde del segundo día nos desplazamos hacia la costa.

Visita a la ciudad histórica de Badagry. Una excursión en piragua nos lleva a la Puerta sin retorno. Después visitamos los restos del pasado colonial de esta ciudad de Nigeria.

Volvemos a la capital económica del país. Último paseo si da tiempo, dependiendo de la hora del vuelo, y desplazamiento al aeropuerto.

Vuelo internacional hacia Lagos. Transfer al hotel para descansar.

Visita a la capital económica del país, una metrópolis apabullante y fascinante. La visita a Museo nacional será una magnífica introducción a la gran riqueza cultural y étnica de Nigeria, especialmente a la yoruba: nos encontramos en Yorubaland, el grupo étnico mayoritario en la región donde nos encontramos, el sudoeste del país, y que representa el 20% de la población. Posteriormente, paseo por Isla de Lagos, para disfrutar tanto de sus edificios religiosos, y coloniales, representantes de la herencia inglesa, como del ajetreo de sus mercados. Comida y vamos al muelle para coger una lancha a motor hasta Tarkwa Bay, y descubrir un poblado en la playa. Esta zona parece mentira que se sitúe en una ciudad de más de 20 millones de habitantes, capital del país hasta 1991. Noche en el mismo hotel.

Ponemos rumbo noreste hacia Oshogbo, pero de camino pararemos en Ibadán, para disfrutar de su espectacular mercado, un lugar muy colorido, fotogénico e ideal para interactuar con los locales. Seguimos hasta Oshogbo para dormir en White plain suites.

La siguiente parada también es un enclave fundamental para la cultura yoruba. Aquí se encuentra el bosque sagrado de Osún-Oshogbo, único lugar cultural de toda Nigeria declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es uno de los últimos residuos de bosque primario subsistentes en el sur de Nigeria y se considera la morada de Ochún, diosa de la fertilidad representada por el río que lo atraviesa. El sitio alberga esculturas y santuarios dedicados a esta y otras divinidades de los yorubas creadas por la artista austríaca Susanne Wenger, quien se instaló allí en 1960. El sitio atestigua la práctica –muy extendida en otros tiempos– de consagrar bosques a las divinidades en los alrededores de todos los asentamientos de población. En el bosque se realizan celebraciones y rituales, y no es raro tampoco ver gente realizando purificaciones en el río. Continuamos hacia Abeokuta. Noche en Continental suites.

Abeokuta, que parece alzarse en plena naturaleza, con mucha vegetación y montículos rocosos, es la ciudad con la mejor arquitectura afrobrasileña de todo Nigeria. La mayor parte de sus edificios son de este estilo, que trajeron los esclavos liberados y los descendientes de esclavos desde su Brasil natal a la tierra desde la que partieron sus antepasados. Una ciudad con un encanto excepcional y una gente acogedora, que contiene además la montaña sagrada de Oluro, un monte esencial para los yoruba a la que se asciende atravesando caminos flanqueados por templos vudús. También visitaremos el mercado, con su impresionante sector “juju”, dedicado a la venta de elementos para remedios y rituales vudús. A la tarde del segundo día nos desplazamos hacia la costa.

Pasamos a Benín y llegamos hasta el territorio Holi, etnia que destaca por ser animista y porque las mujeres de una cierta edad lucen complejos tatuajes corporales. Vale la pena destacar su arquitectura en bambú de gran belleza. Excursión por los campos y bosques sagrados de este pueblo animista. Por la tarde seguiremos hasta Cove, donde pernoctaremos (Hotel TG).

Desayuno y excursión hasta las colinas de Agonlín para conocer la forma de vida de las dos etnias que pueblan esta desconocida región de Benín. Los Fon Agonlín –agricultores animistas- y los Fula, nómadas islamizados. Caminaremos por el monte (caminata suave) atravesando poblados tradicionales, charlando con sus habitantes. Uno de los objetivos es visitar uno de los campamentos nómadas de los Fula y conocer su forma de vida marcada por el ganado, las trashumancias y el culto a la belleza de tanto hombres como mujeres: peinados, gorros, tatuajes… ¡un pueblo fascinante! Seguiremos de tarde a Dassa para pasar la noche. Hotel Jeco.

Desayuno y ruta hacia Taneka. Esta pequeña aldea de pocos cientos de cabañas con cubiertas cónicas alberga una población muy conservadora. Reunión en el centro espiritual del pueblo. Visitamos el palacio real y hacemos una excursión a las cuevas donde se escondían durante la guerra que hubo entre ellos y los Bariba. Pernoctaremos en Djougou, cerca de los Taneka, en Hotel Qassar.

Desayuno y despedida de nuestros anfitriones. Seguiremos y hasta la Sierra de Atakora, punto más alto de Benín donde el paisaje cambia radicalmente y se torna más montañoso con pequeños valles habitados por varias etnias animistas de los que destacan los ditamarí o somba conocidos como los artesanos del adobe. Sus famosas casas de dos pisos llamadas ‘tata’ son únicas en África y vale la pena visitarlas con tranquilidad. Dos Noches en Hotel Tata Koubeti de Boukombé.

Desayuno en Boukombé. Últimas visitas a uno de los valles más bellos de África. La cultura ditamarí o somba ha conservado su esencia y a pesar de los cambios propios de vivir en un mundo global, siguen siendo únicos y especiales. Nos despediremos de ellos y emprenderemos el camino hacia el sur. Día de larga ruta hasta la capital real de Benín, la antigua Danxome, donde se encuentra el palacio real y museos de Abomey, patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO. El reino de Danxome fue un poderoso imperio que dominó el Golfo de Guinea, destruyó a muchas tribus enemigas e incluso vendió como esclavos a muchos prisioneros. Tenían un ejército de mujeres-soldado (amazonas). Llegada de tarde e instalación en el Albergue de Abomey, un edificio colonial rodeado de jardines que fue la residencia del gobernador francés.

Desayuno y visita matutina del centro de Abomey. Visita del museo (piezas de arte y algo sobre la historia del país). Tras la visita nos desplazaremos hacia la zona del lago Ahemé, punto de agua sagrado por los pueblos mina y pedah (etnias del suroeste beninés). Este algo es uno de los centros más importantes del vudú en Benín; esta religión es oficial en Benín. Muy pocos paises en el mundo pueden presumir de tener una religión propia…Benín lo puede hacer. El vudú no tiene nada que ver con la imagen distorsionada que ha llegado por culpa de las películas de Hollywood ; nada que ver con zombies y muñecas con alfileres clavados. Es una religión muy ligada a la naturaleza y a los espíritus. Para el animismo, todo lo natural tiene alma, y el alma de los antepasados vive entre nosotros, por eso hay que hacer ofrendas de agradecimiento. No hay un calendario específico de eventos ; gracias a nuestros contactos sobre el terreno intentaremos coincidir con rituales y danzas vudús que se desarrollen en alguno de los poblados del lago. Noche en Hotel Chez Theo.

Esta etapa del viaje nos sumerge en el pasado esclavista del país. Seguimos todo el circuito establecido, desde la plaza de las subastas hasta el llamado “Punto de no retorno”, donde una gran puerta recuerda que más de dos millones de esclavos partieron desde allí hasta el Caribe, Brasil y el sur de Estados Unidos. El recorrido, de más de cuatro quilómetros, pasa por las diferentes etapas donde paraban los esclavos antes de zarpar, incluyendo la «Caja negra» (edificio donde confinaban los esclavos para acostumbrarse a la oscuridad) y las fosas comunes. Llegamos al mar, al Golfo de Guinea, y así acabamos nuestro viaje: en el mismo punto donde tanta gente empezó el suyo, en un contraste emocionante. Noche en Hotel La Hacienda.

Descubriremos otro de los highlights de Benín, Ganvié. Tras 30 minutos en lancha a motor llegaremos hasta este gran poblado de casas sobre palafitos habitadas por gentes de la etnia tofí, que se refugiaron en el lago Nokoué en el S-XVIII huyendo del esclavismo. Actualmente se han formado ‘calles’ acuáticas donde la gente hace todas sus actividades. Por la tarde, visita por la capital política de Benín y una fabulosa ciudad para perderse durante unas horas ya que respira historia por doquier. Paseo de mañana por el barrio Afrobrasileño de Porto Novo. Visita de algunas casas de los descendientes de los comerciantes portugueses que descubrieron el Golfo de Guinea en el S.XV. Exploraremos a pie esta ciudad de fusión increíble entre la cultura Yoruba originaria de la región con la herencia portuguesa, cerrando así un círculo en relación a esta etnia que empezamos a conocer en Nigeria, al principio del viaje.
A la hora indicada, desplazamiento al aeropuerto.